
Inolvidable recepción a la escuela rural de Melipeuco
Un grupo de alumnos de la zona de la Araucanía vivió una aventura en Santiago gracias a la acogida del TEI.
Fue en 2018 cuando un grupo de alumnos de la Escuela N°10 Llaima, de Melipeuco, se desplazó por primera vez a la capital y el TEI se convirtió en su feliz anfitrión. Siete años después, un segundo grupo venido de la zona de la Araucanía pudo repetir esta experiencia y compartirla con nuestra comunidad escolar.
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El vínculo con la escuela de Melipeuco nació en 2008, cuando una apoderada del TEI hizo un contacto con la profesora Patricia Aedo para apoyar a esta escuela, que hoy funciona con 34 alumnos, de primero a octavo básico. Miss Carolina Bravo, encargada del TEI Solidario, ha sido el nexo permanente con la escuela, con apoyo de materiales como uniformes, computadores y diferentes campañas de ayuda, incluida la implementación de un taller en robótica.
Ahora, en su último año de trabajo y a punto de jubilar, la profesora jefa de octavo básico, Patricia Aedo, logró cerrar su trabajo de 30 años en la escuela y encabezar esta gira, acompañada de Roberto Aravena y María Teresa Espinoza, quienes quedaron impactados por la emoción que provocó la visita en sus alumnos.
“Será un recuerdo imborrable para todos nosotros. Con el hecho de llegar acá y con el recibimiento que hemos tenido ya nos damos por pagados, porque de verdad, para nosotros, para los niños es algo totalmente nuevo, porque interactuaron con otras personas, conocieron Santiago, anduvieron en metro del transporte público”, explicó Aedo.
La actividad fue seguida intensamente en el mismo Melipeuco.
“Como escuela rural, poder dar este paseo es fantástico. En las redes sociales ha causado furor porque yo subía los videos de todas las actividades. Las mamás, los apoderados estaban igual de emocionados. Es que hay que considerar el impacto en nuestros niños, felices y cómodos en un lugar tan distinto al que viven”, agrega.
Los profesores contaban con la acogida del colegio, pero se sorprendieron con el cariño que les mostraron los alumnos y profesores.
“Ver que no hubo ninguna diferencia en la convivencia, que nuestros niños se integraron tan bien a todas las actividades que se organizaron, es realmente emocionante. En este viaje ellos sacaron una experiencia imborrable, porque nos ayuda a abrir la mente. Nosotros como profesores tratamos de buscar que ellos vean todos los caminos posibles, que tengan expectativas y que no se limiten, y acá encontraron un horizonte muy amplio”, comentó el profesor Aravena.







